16 de diciembre de 2013

ENTREVISTA A LUCÍA SOLAZ FRASQUET

       Hoy nos toca conocer a Lucía Solaz Frasquet que muy amablemente nos ha respondido a unas preguntas.

Para aquellos que no te conocen, nos podrías decir, ¿quién es Lucía Solaz Frasquet?
     Ah, no creo que nadie pueda definirse a sí mismo en un párrafo y, ante esta pregunta, se suele responder con limitados datos geográficos, físicos, de personalidad, académicos, profesionales, familiares y de ocio. 
    A la minibiografía que se puede encontrar en la página de sinerrata, podría añadir que soy piscis y tigre (según el horóscopo chino), crecí en una aldea donde jugábamos en la calle y montábamos en bici sin casco, mido un heroico metro y cincuenta y nueve, hace diez años que resido en Londres, me dan pavor las arañas grandes y peludas pero he conseguido tolerar las pequeñitas, tengo alergia al sol. En mi juventud toqué la flauta y el contrabajo, soy impaciente y tímida (pero nadie se lo cree porque he aprendido a dar el pego).
New Forest
    Me apasionan la enseñanza, la investigación, las historias (en lectura, escritura o cine), la música y la filosofía; soy aficionada al té, a los largos paseos por la naturaleza, a los castillos, al Tai chi, al chocolate negro, a los dragones, a las versiones no oficiales, a los monstruos, al púrpura y al granate.
     Aunque no tengo mascotas, crecí rodeada de perros en los que todavía pienso con mucho cariño. Cuando era pequeña quería ser bailarina de ballet y cantante de ópera, pero gracias a Dios cambié de idea. Adoro a mis sobrinas y no pierdo la esperanza de aprender alfarería y hacer paracaidismo algún día.
Esto, sin embargo, no responde a la pregunta en sí, pues ser, hacer y tener son cosas muy distintas.

¿Qué es lo que te impulsa a ponerte delante de una hoja en blanco y escribir?
Su rincón de escritura
    En esta entrada en el blog de sinerrata (http://sinerrata.blogspot.co.uk/2013/05/escribir-por-que-y-como.html) explicaba que escribo básicamente para poder dormir. Si me niego a escribir, los personajes y situaciones que pululan en mi cabeza no me permiten conciliar el sueño (y llevo muy mal lo de no dormir: me convierto en un zombie gruñón). Desde luego, la escritura también me resulta enormemente divertida y satisfactoria.
En realidad, escribir me hace feliz.

¿Qué parte del proceso de creación de tus novelas es la que menos te apetece afrontar?
    Del proceso creativo lo disfruto todo, pues cada fase supone retos diferentes. Me gusta mucho la parte de investigación previa, en la que en ocasiones suelo recrearme más de lo necesario.
Si a la hora de escribir me encuentro un tanto atascada, eso es que ha llegado el momento de dejar de darle vueltas y hacer otra cosa: ir a dar un paseo o ducharme son tácticas especialmente efectivas a la hora de hacer fluir las ideas.
Una de las razones por las que lee
    También me gusta reescribir, que es una fase fundamental. Alguien dijo que escribir es en realidad reescribir y creo que tiene toda la razón: pulir el lenguaje, eliminar sin compasión lo que no es necesario, aclarar un punto, cuestionárselo todo, revisar la coherencia interna, replantearse el orden…
    Lo que más temor me produce es caer en un tono excesivamente pedagógico, pues es una tendencia que me cuesta evitar. Me horrorizaría parecer dogmática porque mi intención jamás es esa.

¿Cuándo sabes o cómo detectas, que una de tus ideas se puede convertir en libro?
    Las ideas me suelen llegar de forma visual, una imagen que me intriga y me anima a querer saber más sobre la historia y los personajes. Cuando me encuentro a mí misma fantaseando continuamente sobre esa idea, sé que ahí está la próxima historia.

Todas tus novelas están en edición digital. Sin embargo, sigue habiendo muchas editoriales tradicionales que se niegan a publicar en formato electrónico. Como autora, ¿recomendarías a las editoriales desterrar esta visión? ¿Qué les dirías?
    Aunque en líneas generales estoy en desacuerdo con la teoría evolutiva de Darwin, sí que suscribiría la línea que apunta no a la supervivencia de los más fuertes, sino la de los que mejor se adaptan a los cambios.
Si algo caracteriza este mundo es su transitoriedad. Hace muchos siglos que Heráclito, el conocido filósofo griego, señaló su esencia: “Todo fluye. Nada permanece”. Sin embargo, existe algo en la naturaleza humana que se resiste a esto con uñas y dientes. Por aquí hay una frase que dice: “A nadie le gusta el cambio excepto a un bebé meado”.
    La edición digital presenta una serie de ventajas e inconvenientes frente a la edición tradicional, pero no creo que se trate de decidir cuál de ellas es mejor y defenderla a muerte, sino de discernir cuál es más apropiada en cada momento. Para mí, que como muchos leo tanto en papel como en formato electrónico, ambas pueden coexistir feliz y pacíficamente.
    Es posible que, como los dinosaurios, las editoriales que se nieguen aceptar el cambio y no aprovechen lo que ofrece la edición digital se vean abocadas a la extinción.

He leído que tus personajes al comienzo no tienen un nombre concreto, ellos mismos, poco a poco van identificándose ¿cómo te sientes cada vez que un personaje se hace real?
Ah, este es un proceso emocionante. Es como conocer a una persona que poco a poco te va desvelando un aspecto más de su personalidad y acabáis siendo grandes amigos. Termino por vivir con ellos todas sus alegrías y tristezas.
También me encanta cuando un personaje secundario, que era apenas un esbozo en la trama, cobra peso y empieza a hablar por sí mismo. O cuando un personaje hace o dice algo que no esperaba. ¡Me pasó hace unos días y todavía me estoy recuperando de la sorpresa!

En relación a “Entre sombras”, ¿de dónde surge el nombre de la protagonista Acacia?
Una tarde, una de mis antiguas alumnas particulares se asomó a la ventana e hizo un comentario casual y melancólico acerca de uno de los árboles de su jardín, una acacia que estaba perdiendo las hojas por el otoño. Por alguna razón, ese momento se me quedó grabado. Acacia se escribe igual en inglés y en castellano, aunque se pronuncian de forma diferente. Por aquel entonces estaba escribiendo “El retorno de los bardos”, pero años más tarde, a la hora de bautizar a la peculiar protagonista de “Entre sombras”, me acordé de aquel comentario y pensé que era un nombre perfecto para ella.

¿A qué tipo de lectores dirías que está orientado esta novela?

Me gusta decir que "Entre sombras" está dirigida a jóvenes lectores de todas las edades. Yo crecí siendo una lectora indiscriminada. Devoraba lo que se pusiera a mi paso, sin considerar a qué género pertenecía ni ponerme límites.
 A la hora de escribir, tampoco tengo en cuenta un género en concreto y me frustra y entristece ver que esto de las etiquetas es prácticamente inevitable. A los seres humanos nos gusta compartimentarlo todo en un intento de fallida e imposible simplificación.
“Manuscrito en el tiempo” toca muchos géneros y me parece una pena que algunos lectores no le den una oportunidad por considerarla literatura romántica, cuando es mucho más. Lo mismo ocurre con “Entre sombras”, que no se somete a los tópicos de la literatura juvenil ni fantástica aunque sus protagonistas sean adolescentes y haya algo de lo que se suele considerar magia de por medio.
La recomendaría, independientemente de su edad, a cualquiera atraído por el tema de la identidad y el poder, las reflexiones filosófico-antropológicas, la brujería y el misterio.

“Una buena persona no es quien hace lo correcto sin cuestionárselo, una buena persona es aquella que siendo capaz de hacer el mal, escoge conscientemente hacer el bien”. Esta es una de las frases que más me han gustado; para ti ¿qué parte o idea de la novela “Entre sombras” es la más importante?
En “Entre sombras” recurrí a mi experiencia como profesora. Conozco el sistema educativo inglés desde dentro y eso ayudó en gran medida a la hora de establecer el contexto. Y tuve muy presente, claro está, las características de mis alumnos.
La conversación sobre los ángeles y naturaleza del bien y del mal vino inspirada por una charla con una de mis alumnas, que en ese momento contaba con diecisiete años de edad y estaba leyendo “Paraíso perdido” para su clase de literatura. Hay quien opina que los adolescentes no se plantean este tipo de temas ni hablan de esa forma, pero yo he tenido el privilegio de trabajar con chicos y chicas con un gran número de intereses y cosas muy interesantes que decir. Algunos son del tipo de Acacia, académicamente fuertes, deportistas, músicos, físicamente atractivos, populares y capaces de reflexionar en profundidad cuando es necesario.
Admiro a los librepensadores, a los que se cuestionan a sí mismos y sus creencias tanto como aquello que les rodea, que no aceptan sin más lo que procede de la autoridad, los medios de comunicación, la sociedad y otros poderes. Aspiro a que mis alumnos vean más allá de las apariencias, que sean capaces de contemplar un asunto desde distintos puntos de vista y razonar por sí mismos. Les animo a que desarrollen su propio criterio, que descubran su poder, que se responsabilicen de su vida. Esos son valores que espero estén presentes en la novela.
Alexandra Trenfor dijo que "los mejores profesores te muestran dónde mirar, pero no te dicen qué ver". Muchas veces, la labor del maestro consiste meramente en recordarle al alumno lo que ha olvidado, sacando a la luz lo que ya está ahí.

Y para terminar nos podrías decir si estás escribiendo una nueva novela. Si es así, ¿nos podrías decir un poco de qué trata?
Hace unos meses concluí mi cuarta historia, “El viento en el agua”. Está ambientada en la Inglaterra posterior a la segunda guerra mundial y sigue la evolución de tres jóvenes cercanos a la treintena, Robert, Sebastian y Emma, cuyas vidas cambiarán radicalmente tras conocerse. Aquí se abordan temas sociales, históricos, psicológicos, filosóficos y espirituales de forma abierta y estoy buscando una nueva editorial porque, a caballo entre el ensayo y la novela, se sale de la línea de sinerrata.

Y ahora mismo estoy trabajando en mi quinta novela, situada principalmente en España en la época contemporánea. Cuenta de nuevo con tres protagonistas y hay dos líneas argumentales independientes pero relacionadas entre sí. La fase de investigación se ha centrado sobre todo en los transplantes de corazón, tanto desde el punto de vista del paciente como el del equipo médico, y en la memoria celular. ¡Estoy aprendiendo cosas de lo más fascinantes!

Gracias Lucía por esta maravillosa entrevista y por dejarnos conocerte un poquito más.


Si deseáis conocer a la protagonista de "Entre sombras" podéis visitar su página de facebook.

6 comentarios:

  1. Una entrevista muy interesante, esperaré la segunda parte, besotes

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  2. Hola Susana, gracias y recuerda que aún te puedes apuntar para el sorteo, si te apetece tener su libro, para ti y para quién tu elijas.

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  3. Una entrevista muy interesante con unas respuestas muy creativas, y que nos hace conocer mejor a la escritora. Espero la segunda parte.

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  4. Gracias Rebe Ka, si la verdad que las entrevistas nos permiten conocer a la persona que hay detrás del escritor.
    Mañana publicamos la segunda parte.
    Gracias por tu comentario.

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  5. Me gusta leer las entrevistas a los escritores porque así conocemos mejor cuales son las motivaciones que tienen al escribir. Buena entrevista, espero la segunda parte. Saludos

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    1. Gracias por tu comentario Te ba y ya puedes leer la segunda parte

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