Gracias al empeño de Consuelo Sáizar Guerrero, México se ha convertido en la sede de la más bella, original y creativa biblioteca del siglo XXI: La Ciudad de los Libros.
Está instalada en una Fábrica de Tabacos que se construyó a fines del siglo XVIII, en un área de 40 mil metros cuadrados, en el centro colonial de la ciudad. Fue también fábrica de armas, cárcel militar, hospital y cuartel.
Cada biblioteca ha sido confiada a un grupo de arquitectos, artistas y decoradores que han reconstruido y ordenado las diferentes colecciones respetando la personalidad —los gustos, las manías, las fantasías y las ocurrencias— de sus antiguos dueños, y, al mismo tiempo, facilitando al máximo la accesibilidad de los libros y la comodidad de los lectores.
Aparte de estos pabellones, hay otros dedicados a los niños, o a los bebés —su local se llama ¡la bebeteca!— y a los ciegos, donde la música juega el papel protagonista. Además el centro cuenta con una librería, accesos especiales para discapacitados, salas de lectura y digitales, una galería de exposiciones, un teatro y un auditorio.
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