RESEÑA, ARGENTHEA

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            “Argenthea” es la segunda novela de la escritora española Paula Roselló. En este caso nos presenta una historia romántica de fantasía.

Argenthea teme el momento en el que el resto de los habitantes del Confín descubran que se ha vuelto sensible. Eso es inaudito en un ángel. Ella espera que sea una etapa de locura temporal y pase pronto pero en el fondo sabe que tendrá que tomar una decisión ya que no puede seguir con miedo a ser descubierta. Él era un arcángel, un alto Príncipe y lo que siente en su presencia no tiene explicación. Los ángeles no sienten deseos o envidias y menos atracción sexual pero el mero hecho de pensar en él hacía que todo su cuerpo temblara. Y por fin vino el primer beso. A partir de entonces los problemas se multiplican, ya que el destino parece estar empeñado en separarlos.

            Nos encontramos ante un mundo imaginativo y original, con una historia de amor que surge espontáneamente y se desarrolla con tranquilidad, sin problemas entre ellos. Tal vez me ha parecido demasiado recurrente el hecho de centrarse en el problema y la preocupación de como se van a enfrentar a él y esa impotencia ante su situación, como meros peones que aceptan las decisiones sin presentar batalla. Ha habido giros inesperados en la trama que me han sorprendido y una relación sin fisuras, que les encantarán a aquellos que les gusten los romances llenos de sentimientos y de un amor incondicional. Debo decir que me he sentido mas a gusto con su anterior novela “La reina Lyriana de Treeason” de esta misma escritora, motivo por el cual leí esta segunda obra, aunque es entretenida y puede agradar a diversos lectores.

“Argenthea” es una novela romántica paranormal publicada en 2015 de la escritora española Paula Roselló Frau.

La trama nos sitúa en el apacible y tranquilo Confín, lugar donde viven los seres de luz, también llamados ángeles, por los seres humanos.

Entre ellos hay ángeles, arcángeles y querubines, venerables o guerreros. No envejecen ni mueren ni se pueden enamorar porque no tienen alma sino que están llenos de gracia. Son seres puros, de sentimientos nobles, sin egoísmo ni deseos ocultos, con el único propósito de ayudar a todas las especies que pueblan el universo, y que haya un equilibrio.

Pero el Creador parece que tiene un plan diferente para dos de esos seres que habitan en el Confín.

Mihkael es un arcángel, el primer alto príncipe, conocido como el guerrero, muy noble, obediente y generoso, un ser con muchas preocupaciones pero siempre dispuesto a ayudar a los demás y a cumplir sus obligaciones.

Argenthea es un querubín, algo impulsivo y amante de los animales, debe acudir a las clases con Mihkael, algo necesario para alcanzar el estatus de ángel. Pero desde hace un tiempo está preocupada porque lo que siente hacia su mentor es algo más que admiración, algo ilógico por otra parte, ya que esos sentimientos no forman parte de los seres de luz.

Me ha gustado la historia que surge entre los protagonistas, y como se dan cuenta de lo que sienten, y lo perdidos e indefensos que se sienten ante esos sentimientos. El mundo que ha construido la escritora con esos seres de luz me ha parecido interesante, lo que ellos hacen y como lo hacen, y sus visitas a otros mundos, aunque me hubiera gustado conocer más del Confín, y de esos otros lugares maravillosos y saber más sobre otros ángeles, siento que se centró demasiado en los protagonistas.

Pero aunque me ha gustado como se comportaban los protagonistas, no me ha convencido como surge, ni la razón de esa historia,  pienso que la escritora podía haber buscado otra forma de dar ese punto de drama a la historia de amor pues a mi me pareció injusto para Mihkael, haciendo que la bonita relación se desequilibrara y tampoco me quedó claro porqué esa excepción era tan necesaria para la humanidad.

“Argenthea” una novela romántica paranormal que os mostrará un mundo donde los sentimientos nunca traspasan cierta línea, aunque siempre hay una primera vez para todo.

“Como si de un ala de mariposa se tratara, deslizó la mano por su cuerpo y sintió cómo el vello se iba erizando en respuesta a su caricia.”

“El amor que se habían llegado a profesar era tan puro e intenso, como involuntario e inexplicable.”