En mi pueblo dicen que hasta San Antón, aguinaldos son; así que, aún me da tiempo de publicar la última reseña de mis lecturas navideñas (nada abundantes, por cierto. Bueno, vale, solo dos).
Por eso, el encuentro en una brasserie parisina con una atractiva mujer en esa desolada noche parece un regalo del destino; por eso, y a pesar de que algo en la señora Dravet le mantiene alerta —¿qué son esas dos pequeñas manchas en su manga?—, cuando ella lo invita a subir a su apartamento, Albert quiere creer que definitivamente la vida empieza a sonreírle. Cuán equivocado estaba lo adivinará enseguida, apenas se abra la puerta del montacargas…”
En la búsqueda de novelas navideñas, no tan edulcoradas, queriendo cambiar de registro, me decidí por este relato. En un principio nos presenta a un personaje ya acabado, con muchos secretos, del que desconocemos el motivo por el cual estuvo en la cárcel y de su pasado, pero con el que empatizamos y deseamos que logre encauzar su vida. Aunque según avanzas en la lectura ya no sabes qué pensar sobre él y si en verdad se merece esa segunda oportunidad.
Según se desarrollaba la historia me daba la sensación de que era un poco fantasiosa e incoherente, pero cuando se va desenredando el misterio te das cuenta de que si es una historia coherentes, de lo inteligentes que son algunas personas y de que todo lo que llevan a cabo tiene un porqué.
Sin duda la parte de más intriga —ya hacia el final, cómo no— cuando descubres todo lo que encierra ese montacargas. O tal vez es lo que tu te imaginas, porque el autor logra darle una vuelta y dejarte con un final impactante y miles de preguntas; con la necesidad de un epílogo que te descubra que va a pasar después. Pero nos lo vamos a tener que imaginar solamente.
El título del relato me tuvo intrigada durante gran parte de la historia porque no le encontraba sentido. Sí que es cierto que existe un montacargas, pero no adivinaba la importancia de este aparato para que lo hubiera utilizado como título. Hasta que llegué al final y si, es trascendental. Por cierto, la portada es horrible.
Un pequeño relato que encierra una sorprendente trama. Donde lo que más nos llama la atención no es el asesinato, ni la motivación para llevarla a cabo, que la hay, sino los personajes y todo aquello que llevan a cabo para lograr lo que desean. Me ha parecido un gran descubrimiento. Me tuvo enganchada hasta que la terminé. También es cierto que es cortita y se lee de un tirón. Un clásico de la novela negra al que deberían dar una oportunidad. Un modo diferente de pasar la Noche Buena.
¡Hola! No lo conocía, pero parece interesante, y soy muy aficionada al género, me lo apunto. Gracias por la reseña, nos leemos.
ResponderEliminarMe ha dejado intrigada tu reseña. Lo buscaré. Un abrazo.
ResponderEliminarLa portada no me atrae nada, pero puede que le dé una oportunidad. Besos.
ResponderEliminarPinta interesante esta historia, gracias por recomendarla. Besos
ResponderEliminarHola, no soy muy de lecturas navideñas aunque siempre cae alguna. Esta es muy distinta de lo que suelo leer, así que tomó nota para las próximas Navidades. Besos.
ResponderEliminarNo lo conocia y pinta interesante pero por ahora no entra en mis planes de lectura.
ResponderEliminarSaludos
Este año tengo que leer para mi reto anual algún libro navideño o que haga alusión a la navidad, si bien falta muchísimo este libro es una muy buena opción. Gracias por la recomendación.
ResponderEliminar¡Un saludo grande!
Pues no lo conocía y me has dejado con la curiosidad. Lo investigaré
ResponderEliminar