24 de octubre de 2013

LIBROS ENCUADERNADOS EN PIEL HUMANA


La “bibliopegia antropodérmica” o encuadernación de libros con piel humana, aunque data del siglo XIII, no se tiene certeza de cuando comenzó; se sabe, sin embargo, que esta técnica cobró gran fuerza a partir del siglo XVII, hasta hace relativamente poco. Cientos de estos libros se encuentran repartidos en bibliotecas, museos y colecciones privadas a lo ancho y largo de todo el mundo. Posiblemente, en la gran mayoría de ellos se desconozca esta cualidad porque a simple vista es imposible distinguir la piel humana a la de origen animal, y es necesaria una prueba de ADN para constatar su origen.

La piel humana parece ligera y fina pero puede curtirse como la de cualquier otro animal ya que con el curtido incrementa su grosor y se transforma en una especie de cuero de grano fino parecida a la de un becerro. Al parecer, para la encuadernación la parte más apreciada del cuerpo humano sería la zona de la espalda. Este proceso de curtido lo explica muy bien Holbrook Jackson en su libro “Anatomy of Bibliomania” de 1930, donde dice que para obtener un cuero utilizable, la piel humana debe sumergirse varios días en una solución fuerte de alumbre, vitriolo romano, sal común y secarse a la sombra. Una vez curtida, la piel humana adquiere un suave tono castaño dorado, que imita al cuero fino con una textura firme y suave al tacto.

A principios del siglo XIX, en el Reino Unido, era una costumbre habitual usar la piel de los criminales ejecutados para encuadernar libros. La mayoría de estos ejemplares se usaban para escribir las fechorías de estos mismos criminales. 

En la revolución francesa, las pieles de los nobles guillotinados se usaban para encuadernar ejemplares de la constitución francesa o paradójicamente, ediciones completas de Rousseau, del que los nobles se reían por sus teorías. 

En la época Nazi, se sabe que la piel de muchos judíos acabaron como tapas de libros o incluso como pantallas de lámparas.

También existe constancia de muchos casos voluntarios, en los que el último deseo del fallecido era que se forrasen las tapas de algún libro en concreto con su piel.

También era común que algunos tomos sobre procesos judiciales estuvieran encuadernados con la piel del acusado, así como libros de anatomía que estaban encuadernados precisamente con la piel del cadáver.

La encuadernación antropodérmica desapareció de la faz de la tierra antes de la primera guerra mundial. No hay ejemplares posteriores en el tiempo aunque quien sabe si no se sigue haciendo en secreto, para aquellos bibliófilos deseosos de libros raros y únicos.

Algunos ejemplos: 

  • En 1543, el cirujano belga Andreas Vesalius, escribió el primer atlas completo de anatomía humana que conoce la historia: “De humani corporis fabrica” (Sobre la estructura del cuerpo humano). Siete volúmenes, unas seiscientas páginas con más de trescientas ilustraciones. La edición de 1568 que se encuentra en la Brown’s John Hay Library, se encuadernó con piel humana.
  • En 1827, William Corden mató a su amante, María Martín. Seis años más tarde se publicó un libro con la historia de este famoso crimen con su piel.
  • En1833, la piel del famoso bandolero James Allen, sirvió para encuadernar un magnífico recopilatorio de todas sus fechorías.
  • En 1958, el encuadernador Dard Hunter, contó que una viuda le mandó la piel de su difunto esposo para encuadernar todas sus cartas de amor.
  • En 1831, a la muerte de Jacques Delille, afamado escritor de la época, André Leroy, un ferviente admirador, se coló en el tanatorio y le arrancó la piel para encuadernar sus ejemplares.
  • En 1890, se cuenta que Isidoro Liseux, editor francés de libros eróticos, conseguía la piel de los pechos de las mujeres fallecidas en el hospital de Clamart(París). Incluso existe un ejemplar de Elogio de los senos de las mujeres, de Mercier de Compiégne, dónde tanto en la portada como en la contraportada, se pueden ver las protuberancias de los pezones. Se utilizó pelo humano, en vez de hilo de seda, para coser los cuadernillos.
  • En 1920, el astrónomo y escritor Camille Flammarion, felicitó a una condesa en una recepción por la suavidad de su piel. La condesa, al morir de tuberculosis años después, hizo que le enviaran esa piel que él había elogiado para encuadernar uno de sus libros.
  • Cierto poeta ruso que perdió una pierna en un accidente de equitación, encuadernó una colección de sus mejores sonetos con la piel del miembro amputado. Regaló el librito a su enamorada.
  • El Doctor Cornil, encargó forrar un ejemplar de “Los tres mosqueteros” con una piel tatuada de dos dragones enzarzados en singular combate. Otro tatuaje, un corazón atravesado por una flecha, le sirvió para ser portada de “Bubu de Montparnasse”.
  • Uno de los ejemplares más modernos que se conservan es una colección de panfletos del cirujano holandés Bernhard Siegfried Albinus. En sus páginas, el autor se interroga sobre la causa del color de la piel de los etíopes. Esta disertación sirvió de inspiración para el antropólogo Hans Friedenthal, que mandó encuadernar lujosamente la obra con la piel de un hombre negro y decorarla con una plaquita de plata incrustada en la portada con la efigie del hombre y su cráneo. La piel de su legítimo propietario fue lo suficientemente extensa como para forrar otros dos libros más. El libro se guarda en un saco negro, con un corazón y unos pulmones bordados en tela amarilla. Un estuche protege todo el conjunto con la admonitoria frase “Piensa cuando estés aterrorizado por otros hombres… de tu propia piel”.













4 comentarios:

  1. Me ha parecido una entrada muy interesante, pero la verdad, da un poco de yuyu no? Suerte que ahora ya no se hacen esas cosas, aunque bien mirado, los libros que se encuadernaban con piel de animal también me parece mal. Mucho mejor, el papel, cartón o incluso plástico.
    Felicidades por el post, ha sido muy interesante conocer todo esto.
    Besos!!

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    1. jejee como estamos cerca de halloween, me pareció oportuno, darle un toque macabro al mes. La verdad que es increíble las cosas que se han realizado

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  2. A estos si que les gustaba reciclar y reutilizar! Muy curiosa la información y macabra también. Jeje

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    1. jejeje, ya te digo para que luego digan que no son apañados. Aquí todo vale

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