RESEÑA, GENTE QUE VIENE Y BAH

EDITORIAL ESPASA

            “Gente que viene y bah” es la segunda novela de la escritora española Laura Norton, que poco más sabemos de ella ya que prefiere mantenerse en el anonimato en este mundo plagado de sobreinformación. Su primera historia “No culpes al Karma de lo que te pasa por gilipollas” enganchó a miles de lectores, siendo uno de los grandes éxitos del 2014; estoy segura que muchos de ellos estaban esperando con ansias una segunda novela de esta autora.

            Bea no tiene lo que se dice buen karma, está pasando por uno de esos momentos en la vida que te gustaría tacharlos del calendario; pilla a su prometido con una monísima presentadora de la tele, y paralelamente es despedida de su trabajo quedándose casi sin nada. Es aquí cuando decide hacer un alto para reflexionar y encauzar su desastrosa vida y se va a pasar una temporada con su familia, buscando algo de paz. Pero las cosas nunca salen como uno lo espera, porque lo que se dice paz, desde luego que al lugar al que se dirige, no la va a encontrar.

            Bea es caótica y desesperante, de tal manera que en un primer momento piensas que es normal que le pase todo ese tipo de cosas y que en cierto modo se lo merece, ya que no podemos culpar al karma de todo lo que nos pasa, mas de una vez son nuestros actos los que nos llevan a situaciones desesperadas; pero a medida que la vas conociendo, ese resquemor se va diluyendo y comienzas a comprenderla y aceptarla como es. Ella es sincera y poco indulgente ni siquiera ella misma se libra de su desmedida imaginación para las críticas para nada constructivas; no se engaña, conoce perfectamente sus defectos y no los enmascara llegando en ocasiones a ser cruel consigo misma. Cuando todo va mal en esta vida el mejor sitio para refugiarse, sin duda alguna es el hogar y allá va, lengua viperina en mano a enclaustrarse en la habitación que la vio crecer, al lado de su familia caótica y excéntrica, perfectamente imperfecta. Entre chácharas disparatadas, aderezadas en cerveza y paseos por la playa,  consigue ir adormeciendo su dolor y atemperar su rabia, llegando a la conclusión que para olvidar su complicada vida que mejor que intentar resolver los problemas ajenos, convirtiéndose de este modo en el catalizador para que todo aquello que se escondía salga a la luz, y seremos testigos de situaciones difíciles que tendrán que sobrellevar esta familia poco convencional, pero eso si siempre con una nota de humor ya que “aunque la vida sea una mierda y al final nos vayamos a morir” siempre tenemos la opción de vestirnos con una sonrisa e intentar disfrutar por el camino.

A través de las peripecias y aventuras por las que tiene que pasar esta chica van transcurriendo el pasar de las páginas, llevando contigo en este viaje una perenne sonrisa en la cara y ¡por qué no! alguna que otra carcajada de esas que salen espontáneas, con ganas, síntoma de que estás disfrutando con lo que tienes delante. Porque si hay algo que le sobra a esta historia son risas y alguna que otra lágrima, que en la vida no todo es alegría, y que nos dejarán un sabor agridulce.  Situaciones caóticas, risas a raudales y algún pasaje que nos desgarrará el corazón será lo que nos encontraremos entre sus páginas ¿es que acaso se puede pedir más?

De esta reseña se ha hecho eco CULTURAMAS