RESEÑA, EL RETRATO DE DORIAN GRAY

OSCAR WILDE

“El retrato de Dorian Gray” es una novela del escritor irlandés Oscar Wilde. Primero se publicó como cuento en 1890, en una revista mensual literaria estadounidense. Más tarde el escritor la revisaría, haciendo varias modificaciones y agregando capítulos y se publicó como novela en 1891.

Considerada una de las últimas obras clásicas de la novela de terror gótica. En el momento de su publicación causó bastante controversia por el tema tratado y los personajes. Ha sido adaptado en muchas ocasiones tanto al teatro como para el cine y la televisión.

Después de su publicación en 1891 el escritor recibió muchos elogios pero también numerosas críticas, por ello en ediciones posteriores añadió un prefacio para responder a las mismas, muy interesantes algunas de las ideas que plantea el escritor: “No existen libros morales o inmorales. Los libros están bien o mal escritos. Eso es todo.” “La diversidad de opiniones sobre una obra de arte muestra que esa obra es nueva, compleja y que está viva.”

La acción nos sitúa en Londres a finales del siglo XIX, en la casa de un joven pintor, llamado Basil Hallward, que charla tranquilamente con su amigo Lord Harry Wotton, sobre su último cuadro y su modelo, el joven Dorian Gray. En la última sesión del cuadro Dorian conoce a Lord Harry, que le influirá notablemente y hará que cambie tanto en su forma de ser como de pensar siguiendo fielmente su visión hedonista de la vida y convirtiéndole en lo que él hubiera deseado ser. Además le hará darse cuenta de su gran belleza física por lo que poco a poco irá perdiendo su inocencia y el encanto que el pintor había visto en él.

Gracias a esos tres personajes y dos o tres más el escritor nos muestra muchos aspectos de la sociedad y del individuo desde un enfoque psicológico: una doble vida que lleva a una doble moral, valorar más lo efímero que lo permanente: belleza y juventud en oposición a alma y vida, el narcisismo, el hedonismo, el deseo de vivir el momento sin importar las consecuencias, las críticas de una sociedad que no acepta según que comportamientos. Toda una galería de sentimientos y deseos que fotografían muy bien aquella época en la que se escribió pero que sirven igualmente para describir la nuestra.

La forma de escribir de Oscar Wilde es notable, como sabe elegir las palabras, como las adorna y las busca hasta poder transmitir el mensaje que desea. Las descripciones tanto de los objetos como de los personajes son muy detallistas y en muchas ocasiones poéticas, tal vez en algún momento excesivas y llegan a ralentizar la trama pero con tanta calidad que se le perdona el exceso. También hay que destacar los diálogos, en ocasiones brillantes y certeros, que nos llevan a plantearnos lo que está sucediendo en el libro y no nos dejan indiferentes. Aunque hay momentos en que hubiera sido necesario mayor detalle en los actos que llevan a cabo los personajes, pero tal vez dejarlo a la imaginación del lector quizás haya sido otro de los aciertos.

Uno de los hechos importantes que suceden en el libro se aleja de lo terrenal para acercarse a lo onírico o imaginativo dando un toque a la novela de misterio e incluso cercano al terror. 

“El retrato de Dorian Gray” una novela muy interesante que te hace reflexionar sobre muchos aspectos de la vida y de la sociedad, pero que hay que saber buscar el momento apropiado para disfrutar de su lectura.

 “¡Palabras!, ¡simples palabras! ¡Qué terribles eran! ¡Qué claras, y qué agudas y crueles! No era posible escapar. Y, sin embargo, ¡qué magia tan sutil había en ellas! Parecían tener la virtud de dar una forma plástica a cosas informes y poseer una música propia, tan dulce como la de una viola o de un laúd. ¡Simples palabras! ¿Había algo tan real como las palabras?” 

 “Me encantan los escándalos acerca de otras personas, pero las habladurías que me conciernen no me interesan. Carecen del encanto de la novedad.”

 “No le tengo miedo a la muerte. Es su forma de llegar lo que me aterroriza. Sus alas monstruosas parecen girar en el aire plomizo a mi alrededor”